Mira que he jurado veces no hacer humor con este tema, pero es que me lo ponen a. Subvencionan con 1.500 euros a quien contrate a una mujer maltratada. Por fortuna, es poca subvención, si no, ya me veo al empresario, ante la candidata: “Oiga, y su pareja ¿no le podría dar un par de cachetes?. Nada, lo suficiente para denunciarlo. Así, me saldría a cuenta contratarla”. Y alguno añadirá, en silencio: “Yo no te pegaré, pero que no se te ocurra quedarte embarazada o faltar al trabajo por una regla porque se te acaba el chollo”.
Oigan, ¿y si se lo regalan a las víctimas?. ¿Y si les pagamos entre todos un fin de semana en un balneario para que las mimen? Sólo para que sepan, una vez en la vida, lo que es sentirse como una reina. Para que conozcan otra experiencia diferente a la esclavitud. Porque, no lo olvidemos, la paliza, la agresión que desemboca en comisaría, sólo es lo que se ve. Si nadamos bajo la superficie veremos una realidad aún peor.